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jueves, 12 de mayo de 2011

PERSONAS

Tal vez no sea cierto del todo, pero igual los humanos destacamos sobre el resto de los seres vivos por ser como somos, todos distintos y únicos, no hay nadie que tenga nuestras mismas propiedades, nadie con quien hasta nosotros mismos pudiéramos confundirnos. Hay miles de millones de personas y todas somos diferentes, especiales…
Pero, ¿de qué sirve ser diferente, si no sabemos sacar el máximo partido a esas particularidades que nos hacen ser únicos? Son esos pequeños detalles que nos caracterizan los que tenemos que potenciar, aquellos que harán que la gente nos valore más y que podamos llegar a ocupar un huequecito en sus corazones.
Pero potenciar esas cualidades no es fácil, no en el mundo que nos rodea que no nos deja ser libres para actuar como queramos, ni para ser como realmente somos… Hay muchos tipos de personas, pero la única que te ayudará a que puedas potenciar lo mejor ti mismo eres tú y solamente tú.
Esta gente que nos rodea siempre quiere lo mejor para nosotros, que casualmente siempre es algo que les beneficia a ellos. No hace falta buscar muy lejos, una de cada 8 personas es una de ellas… No somos libres de actuar como queramos gracias a esta gente, así que démosles las gracias por privarnos de nuestra libertad.
Hay personas y personas, porque aunque a veces pueda parecer que es todo lo contrario, también hay buenas personas que velan por nuestro bienestar, nuestra felicidad sin importarles cómo eso pueda afectarles a ellos. Estas son las personas con las que realmente hay que compartir el mayor número de momentos posibles. Pero esas personas deben ser seleccionadas de la manera más meticulosa y cuidadosa posible, para que luego no nos llevemos un disgusto al descubrir que una de ellas era la persona equivocada.
Hay tantas personas a las que les asignamos un papel en nuestras vidas que luego no cumplen, tantas personas que han entrado en nuestra vida por error, y tantas otras que sin ser un error, han resultado ser peores que ellos.
Esto es lo que nos ha tocado vivir, no podemos cambiarlo, tal vez intentarlo, pero tarde o temprano fracasaremos como han ido haciendo todas y cada una de las personas que han pasado por este mundo.
Pero ¿y yo?, ¿quién soy yo?, o ¿qué es lo que quiero?
Habrá gente que te diga que tal vez podrías descubrirlo al mirarte en un espejo que no solo te refleje a ti, sino que junto a tu reflejo muestre tus deseos más añorados. Sin embargo no es algo que funciones siempre, te diré lo que saldría si fuera yo la que me asomara ante ese abismo de imaginación: No tiene mayor complejidad, verías a una chica llena de complejos que esconde su timidez, su vergüenza, sus miedos y temores, su rabia, que se esconde a ella misma tras la apariencia que la sociedad le ha dado, de una chica a la que parece no importarle nada. No verías nada más, no porque no tenga sueños sino porque esos sueños no pueden ser representados en un simple espejo, no podrían verse como he aprendido a distinguir las personas correctas de las equivocadas, no podrían mostrarse esas ganas de vivir la vida sin preocupaciones de ningún tipo… Eso sí, si el espejo en vez de nuestros sueños mostrase nuestros más profundos temores seguramente aparecería el miedo a equivocarme, a estar malinterpretando ciertos aspectos de algunas situaciones que por suerte o por desgracia estoy viviendo en estos  momentos. Miedo a que se me vuelva a engañar, pero sobre todo miedo a que esa persona sea alguien a quien le tenga cariño…
¡Si las personas que te rodean te muerden, devuélvele el mordisco a la vida!

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