Pasan los minutos, las horas, los días y piensas que nada es igual, que ya está ahí ese distanciamiento que tanto habías temido que llegase, pero al fin pareces volver a sentirlo. No es algo agradable, al contrario, es algo frío que te envuelve de tristezas, que te aísla de los demás, pero que sobre todo te separa de esa persona tan especial con la que, aunque tal vez sea pronto, ya habías hecho algunos planes locos de futuro.
Es una sensación que se lleva esa alegría mía, esas formas y esas ganas de sentir, se lo lleva todo, pero aun no sé si eso es lo que siento. Tal vez sea el miedo a volver a esa soledad tan desmotivadora que otras personas te hicieron sentir…
Y en esas estás, pensando en el tiempo, las distancias, ahí estás como una niña pequeña pensando en é, en aquel que soñaste que fuera tu príncipe azul, y de repente una llamada que dice que qué haces, que si no te das cuenta de lo mucho que te quiero, de la ganas locas que tiene de que todo salga bien.
Piensas en lo que esa tercera persona te ha dicho, recapacitas sobre ello y te das cuenta de que es verdad, de que toda esa angustia, esa soledad, han sido una tontería, una muestra inequívoca de que le quieres, de que le necesitas, de que le echas de menos y a la vez es una razón para no rendirse NUNCA y luchar por él.
Vuelves a soñar despierta con momentos junto a él, relees sus mensajes, miras su foto y te das cuenta de que al igual que tú le quieres, él te quiere a ti y sonríes porque en ese momento sabes lo mucho que os queda por vivir juntos.
Te quiero :)

